Segunda entrega

miércoles, 30 de marzo de 2011



El día siguiente a la supuesta luna más grande de los últimos veinte años, ellos se presentaron por segunda vez ante el público. Garra, Lalo, Faca, Adrián y Mauro volvieron a mostrarnos que La Granma no es sólo un nombre revolucionario, sino que hay algo más en todo lo que necesitan decirle a la gente. La protesta está en sus letras, pero no muere en el reclamo, resucita la fuerza que todos y todas necesitamos para seguir y hacerle frente a una humanidad que se autoboicotea constantemente.
En esta segunda entrega de la prometedora banda de rock, concretada en el Teatro del Viento, sus integrantes nos trajeron seis temas de su autoría, repletos de la carga enérgica que le hace falta a una provincia en la cual lo superficial se ha hecho costumbre. Basta escuchar algunas de sus frases más sobresalientes para reconocer que el arte que hacen está encaminado a un triunfo que no es el tradicional. Los chicos de La Granma no quieren éxito, no quieren fama ni popularidad. Estos jóvenes que empezaron como un grupo de amigos abocados a la música hoy saben que su objetivo ya no es sólo ese: entraron en el cuerpo del arte y, una vez que ese paso se da, no hay vuelta atrás. Ellos quieren ser escuchados, no ser reconocidos. Quieren que su mensaje no se quede guardado en un tímpano aislado, sino que se asile en la consciencia colectiva, algún día, en cualquier rincón del mundo.
No te va a gustar fue la banda de la cual su original cover de Fuera de Control abrió el espectáculo de La Granma. Luego saltaron a la primera presentación en vivo de su nuevo tema: Bélico el rufián. En días en que quienes tienen el rol de asegurar la paz mundial bombardean una región donde el pueblo decidió ponerse de pie ante su monarca, la letra de esa canción estremeció. Garra no dejó pasar la oportunidad de recordar que los países que se creen poderosos, encabezados por el presidido por un “premio Nóbel de la paz”, están atacando a Libia. Con fuerza, con tristeza, con pasión, nada les es ajeno, las luchas populares deben dejar de reposar en la mediatez de las potencias y la reforma cultural, el apoyo a las revoluciones que se vienen gestando y se gestarán es el único camino.
Sin tomarse respiro, los chicos siguieron con Cabrón, de La Mancha de Rolando, tema que aborda, también, las temáticas que tanto nos preocupan y ocupan en la actualidad. Allí, como ya se ha vuelto ritual, Garra se ocupó de presentar a los excelentes músicos que integran la banda. A Lalo le dolían los dedos, pero eso no fue un impedimento para que su bajo sonara haciendo vibrar el Teatro. Faca, a quien minutos antes se le había desconectado el cable de la guitarra, se lució con los punteos que le tocaba interpretar regalándonos la emoción de cada cuerda. Adrián nos hizo creer que iba a romper la batería con el énfasis alucinante que le puso a su segmento. Mauro no había llegado aún, pero fue mencionado igual. Garra, sin nombrarse, continuó acompañando la música con una voz que no es ajena a sus ideales.
Alien duce, de Los Redondos, fue el tema que siguió en la lista.
Transitamos un año electoral en el cual la politiquería barata se encarga de reflejar por sí misma la corrupción que se evidencia por donde se la mire. Basta de transar, dicen los chicos, sin resignación y con convicción, en este tema también expuesto por primera vez anoche.
Y vos, ¿qué hablás? ¡Callate! Mejor pensá por qué lo hacen, reclaman a quienes miran desde lejos lo que sucede con la sociedad porque consideran estar un escalón más arriba, del cual, sin duda, se pueden caer. Rebusque niño es otra de las maravillas que sacaron a la luz ayer y aborda una de las temáticas tabú de para las clases acomodadas: la relación entre pobreza, marginación e infancia.
Los músicos se mezclaron intercambiando puestos, Garra se sentó en la batería y Adrián pasó al micrófono, para interpretar el ya conocido El Careta, también de su autoría.
Una vez más el espíritu ricotero los poseyó para hacer Yo Caníbal, mientras Negro ingresaba al salón. Ya ubicado en el teclado el quinto músico, el tema que cuya letra se está instalando en el imaginario de quienes los escuchamos, Yo América, sonó con toda su fuerza. Impecable. Si el aire ya estaba viciado de revolución hasta entonces, llegado ese punto asfixió a quienes todavía piensan que si los europeos no hubiesen llegado a este continente no seríamos nada y que si hoy no fuéramos colonia de los yanquis, aún, desapareceríamos de la faz de la tierra.
Como no creo en las casualidades, no puedo dejar de darme el gusto de mencionar que ayer se cumplía un mes de la segunda gran derrota política de Jorge Omar “Bigote Asesino” Sobisch —luego de la presidencial hace cuatro años— y, cuando llegó el turno del reconocido Resistencia o imbecilidad, dedicado al partidismo mediocre y corrupto, en la frase “matar a un maestro por su lucha social”, Garra se encargó de traer la memoria de Carlos Fuentealba al Teatro, para que sigamos diciendo NUNCA MÁS.
La Granma dio por finalizado el espectáculo y bajaron del escenario para acomodarse en su mesita en el medio del salón. Sin embargo el público quería más y no fueron ajenos a él. Subieron nuevamente a hacer La Taberna, de Kapanga, y Malbicho, de los Cadillac. Los aplausos retumbaron en el Teatro por última vez, la cultura de la resistencia y de la revolución bajó del escenario por esa noche pero, esperamos, vuelva a subir y se instale para siempre en el único lugar en que sus hacedores la necesitan: la sociedad.

Sol.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

donde tocan proximament ?
salu2

Ro.

LA GRANMA dijo...

Ro, gracias por preguntar. Tocamos el 17 de abril en la plaza San Martín de Cipolletti en una feria que se llama "A la calle Arte!". En unos días subimos los afiches, gracias.

Anónimo dijo...

En realidad, hubo otro "bis", pero no subieron a tocar de nuevo...qué flojos, porrr favorrr!! jajaa!!
Muy buen espectáculo, espero que sigan tocando así, con esa energía, y ojalá pueda ir a escucharlos de nuevo a Cipo, mis pagos.

Saludos!!

Beto